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En nuestra guía SEO hemos dedicado esta tercera parte a lo que probablemente sea más importante: los contenidos de una web. En efecto, no nos cansaremos de repetir que el SEO es un conjunto que abarca muchas técnicas y detalles y que propone una intervención coordinada de cada una de ellas para optimizar una web. Sin embargo, hay que decir que de entre todo ese conjunto, el contenido destaca sin lugar a dudas con más poder que las demás.

 

¿A qué nos referimos con contenido de una web?

Lo primero que haremos será dar una definición con lo que desde el punto de vista SEO se considera contenido de una web. En general, podemos definirlo como cualquier cosa que esté presente en tu web y los usuarios puedan ver, escuchar o leer y que forma parte y constituye de hecho la experiencia que les ofrece tu web. Aunque existen diferentes tipos de contenido como podrían ser vídeos, infografías o ebooks, de momento hablaremos solo de los contenidos para blog de una web por ser los más importantes.

 

Contenidos para blog

El punto angular de los contenidos es el blog. Para entender su importancia, te recomendamos que consultes la segunda parte de nuestra guía SEO en la que te hablamos sobre cómo funciona Google para saber cómo en realidad este buscador quiere que le ofrezcamos respuestas a sus propios clientes. Así es, la mayoría de usuarios no buscan directamente productos. Al contrario, lo que buscan muchas veces son respuestas.

Un blog es una herramienta donde podemos ofrecer dichas respuestas y donde podemos conseguir captar a potenciales visitantes que después se harán clientes. Por lo mismo, es fundamental que estos contenidos sean optimizados desde el punto de vista SEO para que Google los identifique como la mejor alternativa.

 

¿Cómo crear contenidos para optimizar una web?

Toda la importancia del posicionamiento web desde el punto de vista de los contenidos se basa en seguir los siguientes criterios que vamos a desvelarte. Es importante tenerlos muy en cuenta para poder ajustar la experiencia de nuestra web a lo que buscan los principales buscadores como Google y, en segundo lugar, para ofrecer una experiencia de calidad a nuestro visitante que le pueda convertir en cliente.

1.- Identificaremos quiénes son nuestros clientes.

2.- Cuáles son sus necesidades, gustos y preferencias.

3.- Qué medios, dispositivos y plataformas tienen para la comunicación.

 

Redacción de contenido web

Te hablaremos ahora de lo que se debe tener en cuenta para redactar contenido para optimizar una web y al mismo tiempo que este tenga calidad.

 

Temas del contenido para una web

Es importante escoger bien el tema del que va a tratar nuestro artículo o entrada de nuestro blog. Para ello, podemos emplear herramientas para averiguar qué temas son los más buscados en relación a nuestro sector. Una buena herramienta para ello es, por ejemplo, Google Trends. En ella podemos escoger un tema y visualizar qué aspectos relacionados con él o qué tema en general es el más buscado.

 

Palabras clave

Después de escoger el tema del texto, debemos seleccionar una palabra clave principal o keyword que esté relacionada con ese tema y nuestro sector en general. Por ejemplo, el un artículo de título «10 ejercicios para adelgazar y tonificar» el tema es perder peso y la palabra clave o keyword podría ser «ejercicios para adelgazar» ya que esto es lo que busca un usuario en Google.

Si no, pregúntate tú mismo cómo lo buscarías y aprenderás a formar tus propias palabras clave. A pesar de ello, existen herramientas como Keyword Finder que pueden sernos de mucha ayuda. La palabra clave debe aparecer un determinado número de veces, pero sin pasarnos. Aproximadamente unas 5 veces cada 500 palabras, por ejemplo, está bien.

 

Estructura de los contenidos para web

Tal y como explicamos en la segunda parte de nuestra guía SEO, la estructura en general es fundamental para optimizar una web. Esto también vale para el caso del contenido. Aquí tienes los puntos más relevantes:

  • La palabra clave debe aparecer lo antes posible, en el primer o segundo párrafo.
  • Los párrafos no deben ser excesivamente largos para facilitar su legibilidad y comprensión: tres, cuatro líneas por norma.
  • La entrada debe estar dividida en subtítulos, donde el principal será llamado H1 y los de subapartados H2, H3, etc. según su grado de relevancia. En la mayoría de los casos no pasarás de los H3 a no ser que se trate de un texto muy largo y que debas sistematizar.
  • El contenido debe incluir enlaces internos y externos bien optimizados.

Esperamos que esta entrega te haya servido de ayuda. Consulta otros artículos relacionados de nuestro blog como este en el que te hablamos de cómo conseguir tus cinco primeros clientes.

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